Contar con una piscina en verano puede ser todo un lujo, pero también un quebradero de cabeza si no sabes cómo mantenerla.
Para disfrutar al 100% en verano hay que tener presente que un cuidado deficiente o los posibles atascos que se producen en sus mecanismos pueden generar verdín, espuma y otros muchos problemas que, si no se solucionan rápidamente, pueden afectar a la salud de las personas.
El equipo de filtración
Todas las piscinas tienen un equipo de filtración. Es importante que conozcas cuál es el tuyo y que aprendas a manejarlo y cuidarlo adecuadamente, porque de su correcto funcionamiento dependerá la buena actividad y la vida útil de la piscina. Los equipos de filtrado están formados principalmente por una bomba de piscina, que normalmente funcionará con arena, aunque puede ser de sílex, vidrio u otros materiales. En las piscinas residenciales y de uso particular, el filtro de arena es el más frecuente y recomendable, por el alto poder de filtración natural que tiene la arena, y por su relación calidad-precio.
Un filtro de arena funciona como una pequeña depuradora rellena de arena de diferentes grosores por la que entra el agua y que imita el proceso natural de filtrado del agua, dejándola libre de impurezas, insectos o restos de hojas. Aprender a manejar los programas de filtrado y a llevar un control de los productos y cantidades que utilizas. Esto te servirá no sólo para disfrutar de un agua limpia, sino para optimizar tiempo, dinero y recursos.
Skimmer, sumidero, filtro, bomba, boquilla de impulsión y boquilla de aspiración… ¡vas a tener que familiarizarte con todos estos términos para poder manejar correctamente el sistema de filtrado de tu piscina!
Es muy importante que sepas cómo cuidar tu piscina. Para ayudarte en ese sentido, hemos actualizado los 10 mejores consejos para el mantenimiento de piscinas en verano.
10 cosas imprescindibles para el mantenimiento de las piscinas en verano
- Cuidar una piscina implica el uso de determinados productos. Hazte con todos los productos químicos necesarios para conservar el agua en perfecto estado. También es importante que conozcas el tamaño y la capacidad de la piscina, porque en función de ello tendrás que aplicar una cantidad u otra de estos productos. Además, si la piscina ha estado en desuso durante todo el invierno, deberás hacer un tratamiento de choque para ponerla en marcha. En ese sentido, existen tres tipos de químicos que no pueden faltarte nunca:
- Cloro.
- Alguicidas.
- Productos de tratamiento de choque.
- Familiarízate con el pH del agua. Los niveles del pH te indican la alcalinidad o acidez. Si está demasiado alto el pH producirá irritación en piel y ojos, disminuye su efecto desinfectante, y si por el contrario está demasiado bajo también va a producir irritación en las mucosas, además de que puede ser corrosivo con los metales. Vas a necesitar mantener los niveles de pH estables (lo ideal sería entre 7,2 y 7,6) para evitar la proliferación de algas, la acumulación de sedimentos y las posibles irritaciones en piel y ojos. Y para ello existen ciertos “controladores” (en ese sentido, puedes encontrar unas tiras en el mercado que sirven para medir el pH y el cloro del agua). Todos los factores están relacionado y se mantienen en un equilibrio constante, por eso es imprescindible mantener el pH bajo control para que el resto de medidas resulten verdaderamente efectivas.
- Para mantener el agua de la piscina bien desinfectada y transparente, tendrás que recurrir a algún método de desinfección. El más común son las tabletas de cloro. Mira siempre las instrucciones de uso en función del tamaño de tu piscina, pero para que te hagas una idea, deberás diluir cada 5-6 días unos veinte gramos de este producto químico por cada quince metros cúbicos de agua.
- A fin de prevenir posibles problemas de algas en tu piscina, siempre es aconsejable hacer uso de los algicidas. Los algicidas son una sustancia química que previene la aparición de algas en la piscina. Por ejemplo, un síntoma de que hay algas es cuando el agua aparece turbia y de color verdoso. Además, la acción conjunta del algicida con el cloro suele potenciar la eficacia de sus efectos.
- Para reducir los fuertes olores del cloro, la irritación en los ojos y mantener el agua bien transparente, puedes utilizar productos o agentes de choque. Los hay de varios tipos (básicos y funcionales), y sus características principales son:
- Eliminan las bacterias.
- Descomponen lociones bronceadoras o cualquier otro residuo similar.
- Suavizan el cloro del agua.
- Limpia manualmente y a diario tu piscina con cepillos recogehojas o similares, a fin de eliminar cualquier residuo visible en la superficie del agua, que si no lo recoges acabará depositado en el fondo.
- Para evitar la acumulación de sedimentos en paredes y fondos, los robots automáticos y los limpiafondos manuales te serán muy útiles. Los hay de diferentes tipos, busca el que mejor se adecúe al tamaño, materiales y forma de tu piscina.
- En cuanto a la adecuada circulación de agua, deberás limpiar con frecuencia la bolsa del skimmer, que es donde se suelen acumular las hojas e insectos.
- La limpieza y desinfección del espacio y del entorno de la piscina es fundamental. Friega los bordillos, pavimentos y duchas para evitar que la suciedad se incruste.
- Por último, cuida el césped y los espacios que rodean a tu piscina, ya que toda la suciedad y residuos presentes en él pueden acabar en el agua.
Y ahora que ya sabes cómo afrontar el mantenimiento de piscinas en verano, ¡es el momento de disfrutar!
