Hay un árbol que pasa anodinamente el tiempo durante el año, pero que cuando llega el otoño adquiere tal belleza, que incluso se organizan rutas turísticas para visitarlo. Este es el arce japonés (Acer palmatum), un árbol que como su nombre indica, es originario de Japón y que en otoño es cuando adquiere mayor esplendor.
El arce japonés (conocido también como arce del japón, arce palmeado, arce enano, arce japonés palmeado,arce palmado japonés o arce polimorfos) es un árbol que necesita especiales cuidados si nos lo encontramos aquí en España, sobre todo por el clima seco y caluroso que hay en la meseta durante el verano, porque necesita bastante humedad. Plantado en tierra alcanza una altura de 3 a 8 metros, aunque su crecimiento es bastante lento. Es una planta que se utiliza mucho en jardinería, y su momento más espectacular es durante el otoño, cuando sus hojas se vuelven de un color rojo brillante.
En Japón es todo un acontecimiento. Una de las imágenes más típicas y turísticas del árbol es este momento, cuando durante en otoño sus hojas pasan del verde al rojo. Este periodo recibe el nombre de momiji, y en Japón está muy asociado con el mes de octubre, cuando de norte a sur comienzan a ir cambiando las hojas de color. Suele comenzar en Hokkaido en las últimas semanas de septiembre y finaliza en Okinawa a inicios de diciembre. En las regiones más turísticas, que suelen ser Tokio, Kioto y Osaka suele coincidir con el mes de noviembre, aunque en las zonas de montaña el calendario varía.
Es un árbol originario de Japón y Corea, aunque es frecuente encontrarlo en parques y jardines por todo el mundo. Los jardineros saben que es una planta que requiere especiales cuidados, porque es sensible a la cochinilla, a la falta de hierro en el suelo y al excesivo sol y viento. En Madrid, podemos ver un arce japonés en el Parque de El Retiro, en el Jardín Botánico y en los jardines de Madrid Río, aunque es mucho más frecuente encontrarlo en formato bonsai, por las características de su crecimiento y cuidados.