Ya comienzan a verse tímidamente en algunas de las muchas floristerías que tiene Madrid y en los jardines y parques donde llenan de alegría sus flores amarillas. Hablamos de las mimosas, ese árbol que en torno al mes de febrero comienza su floración llenando de pequeñas bolitas amarillas todas sus ramas.
La mimosa (Acacia dealbata) es un árbol de la familia de las acacias, que puede alcanzar una altura de hasta 10 o 15 metros y que tiene su característica floración hacia finales del invierno. Originario de Australia, hoy en día es muy común encontrarla en parques de todo el mundo. Como augurios de la primavera y el buen tiempo, con los primeros rayos de sol invernal alegran los jardines con el intenso color amarillo de sus flores.
Cuidados y mantenimiento de la mimosa
Es un árbol que admite muy bien las altas temperaturas, pero que por debajo de los -5 grados se hiela. Por ello, es recomendable que esté en climas cálidos y no muy fríos, y siempre en zonas con mucha luz directa.
Estamos hablando de un árbol, por lo que, si lo tenemos en un tiesto o macetón tendremos que acabar trasplantándolo a la tierra para que disponga de espacio para poder desarrollarse. A la mimosa le gustan los suelos arenosos y permeables, ricos en abonos orgánicos y que permitan que sus raíces puedan crecer profundamente. Aunque aguanta bien periodos de sequía (imaginemos un cálido verano mediterráneo), lo recomendable es mantener un riego con cierta frecuencia, pero no muy abundante. En temporada de mayor calor, es recomendable aislar el suelo con un acolchado de paja o mantillo orgánico.
Para mantener su forma de árbol e ir guiando su crecimiento, se aconseja una poda de mantenimiento que elimine ramas o tallos que crezcan en el tronco. En general, es un árbol que requiere de poca poda y cuidados, siendo su única plaga reseñable la cochinilla. En la época de floración, sus ramas se llenan de flores amarillas que le dan una vistosidad y colorido especial. Son muy apreciadas para la decoración del hogar y podemos encontrarlas en múltiples floristerías.
Curiosidades
Como hemos dicho, la mimosa pertenece a la familia de las acacias, árboles originarios del continente australiano, África, Asia e incluso América del Sur. Debido a su rapidez de crecimiento, en algunas zonas ha sido considerada “especie invasora” y está prohibida su introducción en el medio por suponer una amenaza para las plantas autóctonas. La mimosa concretamente, también es conocida con otros nombres como Mimosa plateada, Aromo francés, Acacia mimosa o Acacia australiana.
Aunque su floración es espectacular, las personas que sufren de alergia son propensas a ver agravados sus síntomas con estas flores, por lo que deberán extremar precauciones. Sin embargo, la mimosa también tiene significados positivos, asociándose sus flores a la energía femenina. Por ejemplo, en Italia, es tradición para celebrar el 8 de marzo, Día internacional de la mujer, regalar un ramillete de mimosas.
En Madrid es muy frecuente encontrar por estas fechas mimosas asomando sus flores amarillas por tapias y rejas en jardines particulares. También en muchas tiendas de plantas se pueden encontrar ramilletes de sus flores. Nuestras mimosas favoritas se encuentran en la Quinta de los Molinos, un parque que además al final del invierno se llena de almendros en flor. ¿Lo habéis visitado ya?
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